Cuando el proyecto estaba a punto de terminar, surge otra nueva línea de investigación que suscita todo nuestro interés. Una línea difícil y fuera de nuestra zona de confort pero que no podemos obviar.
A partir de los vídeos de Paqui, la mamá de Irene y el de Lucia aparece la fecundación. Aparece que si un macho y una hembra se enamoran, salen huevitos. Y que el huevo es una célula grande. Seguimos investigando y hay máquinas que hacen lo mismo que la gallina, hay máquinas que dan calor, protección y cuidados a los huevitos para que salgan pollitos. Evidentemente, nos entusiasma la idea de tener esa máquina en clases y cuidar de los huevos hasta que salgan los pollitos. Esta máquina se llama incubadora.
Pedimos a dirección que nos compre una incubadora y mientras esperamos que nos llegue, investigamos como funciona, para que sirve y como debemos usarla. Leemos artículos, vemos vídeos y aprendemos muchísimas cosas interesantes y funcionales: que nuestra máquina tiene cables y por lo tanto necesita estar enchufada a la luz, que deberemos esperar 21 días para ver como rompe el cascaron el pollito, que también necesitará agua y que aparecerán números que nos indicaran lo calentitos que están nuestros huevitos. Además que nuestra máquina hace ecografías y podremos ver como evoluciona su crecimiento dentro del huevo.
Decidimos colgar en nuestra pared de proyecto dos tipos de calendarios. Un calendario dónde señalaremos los días que van sucediéndose para ver cuando queda para ver a los pollitos y una guirnalda que funcionará como una cuenta atrás. Cada día que pase romperemos un trozo hasta llegar arriba y saber que habrán concluido los 21 días.
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